Soy un fantasma, que sufre afanosamente en esta vida,
Porque cree que aún vive y controla su supuesta vida.
Ya toda la Creación sabe que soy un ente ilusorio,
Solo yo ignoro que soy un espanto de vez en cuando.
Pero aún así, sufro y gozo inconmensurablemente,
Ante los devenires de esta existencia engañosa,
Que no tiene presencia más que en mi memoria,
Pero sigue siendo no más una quimera de la mente.
Vago errante, de aquí a allá, sin rumbo fijo,
Entre los escondrijos de mis percepciones,
De mis pensamientos, de mis emociones,
De mis sentimientos, de mi historia insulsa,
Que vacila en el desierto de una cabeza.
Y sufro continuamente en la tortura de ignorar,
Mi falta total de existencia en esta falsa existencia.
Pues no debo continuar con este sueño karmático,
Que me condena a no ser, por querer tanto hacer.
Debo de morir, para dejar de ser este fantasma,
Solo con la gracia del Espíritu que sustenta Todo,
Dejaré que mi aparente vida, esté en sus manos.
¡Moriré en mi vanidad!¡Encomendado estoy a Ti!