jorge enrique mantilla

Lo que se llevó la pandemia

Lo que se llevó la pandemia

 

Se llevó la alegría, y acabó con los rostros de sonrisas coloridas

El entusiasmo, la diversión y los gritos llenos de algarabía

Se llevó la música, que retumban sus ecos en los muros de la melancolía

Los corazones que palpitan ardientes, que el cuerpo asfixiado, lentamente moriría

 

La pandemia se llevó, los jardines florecidos de fragancias y armonía

Los placeres pasionarios con sus anécdotas cargadas de risas y picardías

Se llevó el bullicio, los chismes, las reuniones y sus habladurías

Arrasó los versos y las rimas, de mis escritos llenos de poesías

 

Se llevó la soledad de las iglesias, los sermones y sus procesiones

Los aires frescos, que azotaban la cabellera de la mujer hermosa en los balcones

Se llevó la rutina, la contianidad en las labores y en el trabajo, sin dar explicaciones

La tranquilidad, de sueños placenteros, sin pesadillas, ni imaginaciones

 

La pandemia se llevó los días radiantes y asoleados, de soles esplendorosos

Las noches de luna llena, de rayos celosos, de estrellas y cielos maravillosos

Se llevó los atardeceres, de tornasoles y arreboles, únicos y majestuosos

En las mañanas frescas, espantó al ruiseñor de cánticos armoniosos

 

Se llevó rauda la pandemia, los besos apasionados de los enamorados cariñosos

Arrastró las partituras de las hermosas melodías, que entonaban los melómanos bulliciosos

Se llevó las sabanas, que cubrían el lecho de los amantes tempestuosos

Rasgó las cortinas, que cubrían las pasiones al mediodía, de los ardientes pecaminosos

 

La pandemia con su virus, destiñó los colores de la bandera, que ondeaba desprevenida

Se llevó las ilusiones, que volaban en las mentes de anhelos convertidas

Pudrió la riqueza, que desvela a los poderosos, que la tienen en sótanos, escondidas

El vendaval del coronavirus, envolvió en remolinos el futuro, sin salidas establecidas

Apagó la vela, que prendía el pabilo de la esperanza, de llamas encendidas

 

Se llevó presuroso el egoísmo, la maldad, la fe y la confianza

Llenó el cuerpo y el alma de miedos, de odios y desconfianza

Se llevó la vida, el amor, la salud y los gritos jubilosos de alabanza

El huracán de la pandemia, arrasó con el aire y cercenó los pulmones de la esperanza

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga- marzo 31-2020