Hasta mis involuntarias sensaciones suspiran en un hondo rito por ti,
Imperantemente desafío al destino buscando atraer tu mirada hacia mi,
Desvisto las letras, desfilando en piezas separadas que se unen para ti,
Apareces al cerrar mis ojos, donde te despliego en rocío de amor,
Vivo trepándome entre la enredadera que me lleva hasta tu propio color,
Te revivo, a diario te revivo, entre la luz que difusamente ilumina desde el rosal,
Escuchó el susurro del sonido alado de un colibrí, que flota cerca de tu cristal,
Pero detengo el tiempo, cuando me abrazas logro siempre detener el tiempo,
Mis suspiros florecen en girasoles, como un avance trepador, pero lento muy lento,
En un ciego fulgor, te acercas y tus manos aquietan mi corazón palpitante,
Esa luz abre mis ojos y me envuelven, atrayéndome desde el blanco coral de tu piel,
Entre la arena y el cielo, ahí creamos la cortina perfecta para sentirnos, para amarnos,
Tus manos siguen en vuelo a tal cercana altura que despierta mi corazón palpitante,
El lugar, que importa, todo lugar con tu presencia es la escena perfecta,
Culminante colmena de abejas que resuenan entre colores turquesas,
Tilita y tintinea hasta la sencilla alcuza en aceites sobre mi mesa,
Tus manos se acercan y yo despierto en sílabas dispersas,
Amor, tu me dirás amor, cuando tus manos caminen en mi espalda,
Manantiales de ríos surcaran la entrada de este amor inmenso,
Mientras la tarde se hace noche, la pleitesía sigilosa de ti crece a brotes,
Transforma el sueño en realidad y así la vida vive como en una cápsula celeste,
Quiero sentirte en salvaje madreselva,
Me hace sentir el calor de tu interior, entre besos con desespero,
Y tu mano volvió de su vuelo,
Cerrando el plumaje que yo creí perdido,
Sobre mis ojos devorados por tu sombra, que me envuelve, que me quiere, que simplemente me asombra....