Dentro de la iglesia
un silencio de reverencia reina,
el único movimiento
las llamas de las tres velas
que parpadean en el altar
bajo del crucifijo
A la izquierda
la vela de una oración
al Espirítu Santo,
pidiendo la bendición
para todos las almas
de los fallecidos
A la derecha
la vela de la suplica
de la piedad a Jesús,
para todos los infectados,
sin permiso de salida
o en cuidados intensivos
En el centro
la vela de las gracias
a Dios Todopoderoso
para todos los recuperados,
ya libre de las garras
del monstruo invisible
Como si viniera de la nada
comienza un dúo a cantar Ave María
en arameo, el idioma de Jesús
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