Se fue muy despacito
cómo eran sus pisadas,
cómo eran sus palabras
de lengua defendida.
Se fue con el coraje
de madre luchadora
de trasegar batallas
en su tierra bendita.
Partió tan leve así
que el aire olía a rosas
del jardín que miraba.
El amor que envolvía
no dejó a la tristeza
derrumbar a los suyos
en la fría mañana,
las lágrimas caían
con extraña frescura,
talvez llevaban cántos
de dulces melodías
que siempre les cantara.
Detrás de los cristales
se asomó la nostalgia
viendo como se iba
su ángel de alas
blancas,
¡volviendo su presencia
amoroso recuerdo!
.......
Para Koro y Manuel
con cariño en su pérdida