A través de mi ventana,
veo el cielo y la ciudad,
con sus calles desoladas…
que no vienen, que no van.
Estos días tristes,
han causado mil estragos.
Más que una tormenta,
Más que un huracán.
Tantas horas muertas,
tanto tiempo extraño,
y ahora veo gentes…
que nunca volteé a mirar.
Estas horas tristes.
Pasan por mi lado,
lentas como hormigas,
O veloz cuan vendaval.
Veo gente en sombras.
Distantes en sus pasos,
ansiando una quimera,
aguardando su final.
Son horas de incerteza,
desplomadas en mis brazos.
Horas de desidia…
Que ya nunca volverán
Es ahora la confianza,
En este tiempo extraño.
Sacando mil lecciones,
para volver a caminar.
Rompamos las distancias,
busquemos un milagro.
Juntemos nuestras voces,
para volvernos a abrazar.