Como una flor
que solo crece en un lugar,
como un mayo
de santos de cartón y de arcones viejos,
como la vida privada
de las máscaras y de las esquinas rotas del deseo,
como la muerte de un ciprés y un baptisterio de agua oscura,
como un solitario andén y un sombrero abandonado en un tranvía.
Hay una lluvia trazando las horas de la melancolía,
mástiles acometiendo el vértigo infinito de las calles,
veletas al vaivén de la lumbre y la tormenta,
dársenas vareadas por olas que regresan de la abisal amnesia,
ánades aprestando su vuelo hasta el fin de la tierra,
pianos componiendo rompecabezas
y niños que juegan con lo que queda del día y la escarcha.
Entre el enramado ocaso y la nada, un eco de campanas
desnuda el paisaje, y no existe más horizonte que la quietud
y el cimbrar del mar contra los astros.
Solo el silencio y su fragancia y aquella herida recién abierta.
Halla la palabra que crece desde el silencio,
es el nombre que te he dado para hacerte más cercana.
\"Pájaros de niebla\" (2020)