Cesar Busso

La Indulgencia

La Indulgencia

Sírvanse a prestar atención aquí, reparen en este delicioso concepto y, en la medida de lo posible, traten de hacerlo de su habitualidad.

En los diccionarios la encontraremos como la actitud o tendencia de la persona que tiene especial facilidad para perdonar las ofensas, y para juzgar sin severidad los errores de los demás. Pero créanme que podemos ahondar y sumergirnos mucho más en esta mágica concepción llamada indulgencia.

Y como comenzamos a ser indulgentes?

Bueno, como todo en la vida, se trata de un proceso, y contemplando que nuestra principal característica es la de ser humanos, deberemos ser conscientes de que tal proceso no será perfecto.

Pero en este caso, la perfección no debiera interesarnos tanto, aunque si la disciplina, ya que ésta es el germen de todo progreso.

Porque así como los monjes preparan su cuerpo para sus meditaciones, algo semejante deberemos hacer nosotros antes de comenzar a practicar tamaña acción, ya que estamos ante una palabra que aglomera exquisitas definiciones, como tolerancia, benevolencia, fraternidad, prudencia, entre tantas otras.

De esta manera, el proceso comenzará con el entrenamiento de algunas de las palabras mencionadas en el párrafo anterior, y proseguirá con alguna otra. El objetivo final, consistirá en fundir todos esos amorosos conceptos y unirlos para llegar a cultivar la preciada indulgencia.

En tal caso, estimados, procuren ante todo no descuidar la disciplina; porque ser constantes, firmes, valerosos y humildes, quizás les alcance para abrir el cofre de la indulgencia; o tal vez no, pero al menos lo intentaron, fueron maravillosos seres disciplinados, y por qué no, inconscientemente indulgentes.