Silente noche que lenta te haces presente.
Paciente vas encendiendo las estrellas en la distancia.
Tímida se asoma la luna con su hermosa luz plata.
Un delicado perfume acompaña tu andar sereno.
Suave brisa entra por mi ventana envolviéndome con su frescor.
Dejo de lado mi lectura y te contemplo.
El tiempo parece detenerse invitándome a entrar en mi misterio.
Lejanos recuerdos vienen a mi mente.
Pasaron los años sin darme cuenta, parece que fue ayer ….
que corría debajo de la lluvia en las calles de mi pueblo.
Jugaba hasta cansarme con amigos de la infancia.
Me recreaba en un mar de fantasía donde era un héroe, un príncipe encantado,
un mago con poderes mágicos, un justiciero, un amante o un simple titiritero.
Romántico empedernido con una sensibilidad particular.
Escritor, poeta, aventurero, soñador o juglar.
Sonrío plácido envuelto en mis memorias.
¿Dónde quedó aquella inocencia?
¿Dónde las carcajadas espontáneas que resonaban en lontananza?
¿Dónde las ocurrencias de aquel pequeño aventurero?
Un suspiro se me escapa, mis ojos se llenan de lágrimas y, sin pedir permiso, una se me escapa. Cruza mi cansado rostro perdiéndose en la espesura de mi blanca barba. Tras ella otras más. Dulce llanto que purifica el alma, serenando el ser etéreo que llevo dentro.
No sé cuanto tiempo me quedará aún por vivir; no sé cuando la hermana muerte bese mi frente de nácar, mas si lo fuere este mismo instante, sereno me despediría del existir.
Contemplaría el astro lunar, recordaría a los más queridos, bendeciría a quien el amor conmigo ha compartido, mientras mi último suspiro abandona esta frágil crisálida de mi cuerpo.
Cierro mis ojos, me abandono al momento, mientras escucho a lo lejos el ulular del viento.
Silente noche que lenta y misteriosa te haces presente...