Mientras permanecía de espalda,
Subía por mi columna tu respirar cálido,
Ese fulgor destellante que siento venir,
anhelo inmóvil e impaciente,
En silencio me estremece y te quiero en mi.
Por mi nuca el cosquilleo foráneo,
Inquietante escucho tu susurro que no me deja dormir,
Mi memoria, si que sabe cómo la haces sentir;
Tus pasos silenciosos llenos de estruendos,
Cierro mis ojos y la piel de gallina se apodera de mí.
Mientras permanecia de espalda,
Se realzaba por mí cabello la suavidad de tus dedos,
Alzando mis ideas y teniendo el dominio al fin;
Una piel erizada y un premio de estadística para ti,
Es tu destreza hacer todo éste revuelo en mí.
Mientras permanecía de espalda,
Respiraba como si un maratón acabará de concluir,
La taquicardia no podría ser calmada por un doctor,
Sentia calor, frío y una fuerte explosión fluir.
Me sentía como deportista, vulnerable en ti.
Y entonces llena de valor,
Quise voltear para así frente a frente coincidír,
Fue ahí donde mis penas chocaron,
Pues no estabas detrás de mi.