Kinmaya

OrĂ¡culos

 

Horas grises asoman por los barrancos del alma,
el afán dormido reposa en un oscuro letargo,
una extraña luna roja danza entre nubes negras,
la inquietud se llena de un vacío ansioso y expectante.

La redención golpea la carne ardiente,
una premonitoria y densa penumbra lo advierte todo,
la tierra tiembla y se sumerge en lodo muerto,
indómita la pasión se agita sorda y muda,

Las puertas yacen desoladas y vencidas por el tiempo,
en un estar cansado entre harapos del pasado,
palabras con insania arremeten la débil razón,
el olvido sepulta lo que queda en el ostracismo.

Nada sereno subyace bajo turbulentas olas,
ni el sol de invierno abriga las rosas negras,
frágiles contornos se abrazan nocturnos,
oráculos del tiempo advierten a la oscura humanidad.