Cerraron la puerta por dentro
y la ventana por fuera.
Dejaron afuera el aire
Y quedó adentro el hambre.
Fuera los pájaros trinan
y dentro la radio alarma.
Quedó afuera el ocio,
dentro quedó el hastío.
Dejaron fuera el calor y el frío
y aquí dentro la monotonía.
Dejaron fuera los instrumentos;
dentro, las partituras;
fuera, las canciones;
dentro, los aplausos.
El aire se acaba,
se agota,
se pudre,
bajo este techo que se desploma
un centímetro al día
sobre nuestras cabezas.