Dejando de lado las formas,
Respirando el aire más puro, sentada
en el ébano de mi sutil y opuesta sombra,
Asintiendo con la cabeza mal puesta,
He recitado una carta escrita con los pies,
He dejado caer, la última de mis mentiras.
No has entendido bien, que no soy flor que retoña
En primavera, que no soy amor celeste
Pero tampoco quiero ser tu hoguera.
Que si me quito los ojos no verás más que sangre,
Que si no palpito en el desenfreno, no habrá canto,
No habrá baile, solo yo partida en medio,
Solo tú persiguiendo un recuerdo.
Y más allá de la visión que se agudiza,
Y del mundo que está hecho trizas, reitero mi
Amor a son y tango: escapa de mi, huye de aquí,
Que si este amor no te mata pronto, terminará
Matándome a mí (...) aunque yo soy caso perdido.