ayer bajaba y me encontre la carne de un hombre tendido en la calle,
un muerto agarrotado, un ser que dejo de existir.
ayer llamé a los locales, me queria ir,
casi me atropellan en llorente por no dejar pasar.
ayer, sobre las seis y media, a un recado fue contento,
anteayer bajo al supermercado y subio con leche y viandas,
hoy reposan en un congelador sus carnes blancas,
y no olvido el rostro del muerto por mucho que imagino
un cielo tras las nubes.
la forense apareció sobre las ocho y media
con un sobre, el dinero, y las tarjetas,
aquel que habia llamado se marchó a su hora
y se paso solito, sin contar, el tiempo.
pilas nuevas en el mando a distancia,
apagon de luz el dia veintiocho,
mañana la tierra recibirá la carne carcomida
en el tiempo, en el bien, y en la venganza.
si otro fuera y no él , y en pleno julio,
de seguro se pudriria solo,
pues ho he de pasar de largo un dia.