Me asomo a tu tierra denegada
me manifiesto en tus labios de pecado
Y te entrego mi corola abierta
para que saltemos las fronteras de lo prohibido
tomados de la mano en un salto mortal
aunque perezcamos en el intento de borrar
limites convencionales
No importan los dedos acusadores
las murmuraciones de los castos,
las miradas curiosas y despectivas
de aquellos que se creen santos
solo importa esta libertad de amarnos
entre profanas amapolas abiertas al sol
y voluptuosos jadeos de placer y amor