Guarda siempre el recuerdo, mujer,
de cuando nos acurrucábamos juntos
y con premura absorbías de mis labios
los efluvios de mi amor, fueron bonitos
esos momentos que aún queda un resplandor
y con las marcas de tu corazón recréame,
con la misma agudeza que tienen los versados,
cerrando los ojos, dibújame con apetencia,
mis huellas en ti tatuadas calmaran tus inquietudes,
con ese arrebato que delicias te concede
y que ahora saciará tus exigencias
de tener otra vez en tu dermis mi caricia,
aunque la distancia sea excesiva
no dejes de añorarme, ni de amarme,
en sueños visitaré tu mente,
con susurros, caricias y besos sin cansancio,
te amaré y me amarás, pues nos amamos;
nunca me olvides, en absoluto,
y aún distantes nos vamos a amar más
porque un día volveremos vernos.
Inducido tengo el afán de tenerte a mi lado,
pero la dicha de lograrlo se me ha obstruido,
incitado quedo por tener tu sonoridad
cerca de mis oídos, pero arcanos son realmente
al sentirlos tan ajenos, mas viajo con los vientos
a pasados y futuros para hallar tus aspiraciones.
¿Por qué el destino cruzó nuestros caminos
si no fuimos hechos para unificar los
sentimientos que límpidos crecen en nuestros corazones?
Cavilo sin tener respuestas y pierdo la razón.
¿Será que un día me olvidaré totalmente de ti?
No entiendo por qué el hado es así de cruel.
¿Con quién sueñas?
¿Cómo podré saberlo, quién es el caballero que tus ansias activa?
Un bienaventurado ha de ser él, mientras habite
en tus pensamientos de lindura y sea el causante
de tus afanes, que sicalípticos te doman… ¡no puede ser!,
pero es cierto, él debe ser tanto así
que amorosamente merece ese derecho de pasearse
con sus manos sobre tu integridad completamente,
apoderarse de tus sueños para luego adueñarse
del sabor de tu producto que es angelical y es hierático,
mientras tanto yo voy a quedarme en mi soledad,
pensando exclusivamente… que estar contigo es tan bonito.