Mariol

NUESTRAS MANOS

Me lavo

y  contemplo mis manos,

tan protegidas y mimadas estos días,

manos , que deben evitar el contacto con los otros,

pero afortunadamente no hay mejor memoria que la corporal.

Lavo mis manos,

manos que recogen la presencia de tantas y tantas personas,

 que ahora se me hacen  intensamente cercanas,

y las acojo, las silencio, las agradezco.

 

Lavo mis  manos

y pienso en este ritual tantas veces repetido,

un momento de intimidad pero también de comunidad,

en el que nos cuidamos y cuidamos de los otros.

 Y se me antoja como  un gesto sagrado,

de infinita ternura y de entrega profunda,

en el que nos lavamos  las manos los unos a los otros.

Lavamos nuestras manos ,

en este acto que quiere ser ,

una sencilla plegaria  de comunión con toda la humanidad.