Kinmaya

La noche de los mil poemas

Esta noche la muerte a erigido a un poeta entre los mortales, 

un bramido ausente oprimió ojos ya desvanecidos de todos,

el mar quedó calmo y sumido en un silencio inmortal ahogando la noche,

las horas ya sumisas se hicieron polvo en el alma, y todo dejo de moverse.

 

Laberintos mortuorios se llenaron de luces y sombras,

sangre roja como roja la rosa plasmaron letras únicas y rojas,

palabras y versos ondulantes engulleron el silencio que fue hechizado,

una lagrima impensada quedo flotando sobre un tiempo lánguido.

 

La belleza en su forma efímera se hizo evanescente seduciendo al escribiente,

ya sin parpados y con mirada ausente, la poesía fluía como un fantasma,

en los campos de los sueños imposibles, florecían abrazados los querubines,

la vida naciendo y muriendo en cada instante de manera inexorable.

 

El poeta se ha marchado dejando su legado junto al viento,

el olvido no abandona al poeta, él vive y renace en el camino y en su huella,

la noche se aleja, pero las estrellas quedan imaginadas en su brillo,

ningún poeta será olvidado…en la noche de los mil poemas.