La reputación
Es el bien mas preciado del narcisista,
Mientras que los modestos
Deslumbrasen por virtudes.
Sin importar que la audiencia exista.
Hablan por nosotros nuestros actos
No los inventos o intentos de logros
O borrones de horrores de los ogros.
Si mostrar lo que alguien hace lo arruina
Entonces lo que lo arruina
Es lo que hace, no la muestra.
El enojo debe ir para si mismo.
Y siempre se mostrarán las ruinas
De todo lo que tocan y arruinan
Muestras de lo único que hacen
Y al hacerlo a si se arruinan.
Para aceptarse a sí mismos,
Los perversos narcisistas
Tienen que vencer y asolar
Al tiempo que se sienten superiores
Por esa inferioridad,
Disfrutan con el sufrimiento de los demás.
Para afirmarse, tienen que destruir.
Mas el bien no necesita
Al mal para reafirmarse,
Mientras que mal requiere
Al bien para alimentarse.
Les hes mas fácil
Ocultar sus atrocidades
Que disculparse
Por dichas ilegalidades.
Aunque para lo que hicieron
No haya remuneración
Ni posible restauración.
Es su bien mayor
Una falsa reputación
Anhelan felicitaciones
Por logros inexistentes
Y desean que se ignoren
Sus atrocidades recurrentes.
Nuestras memorias
Las deben contar
Los desangrados
Que aun resisten,
Y no los hematofagos
Que persisten
En inventar que son inventos
Lo que a sus inventos los revienta.
Contar la verdad de nuestra historia
Es la unica vida eterna que existe,
Es el unico legado
Que cuando muertos
Habremos dejado.
Una remanencia
De indeleble existencia,
Un testimonio
Que jamas puede
Ser borrado
Para disgusto
De falaces narcisistas
La tinta fangosa
De sus mentiras
Nunca podrá adulterar
La historia de diáfanas victimas.
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
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