De los cuentos y leyendas
tomo el hombre sin cabeza,
porque abruma la tristeza
¡que tú, cabeza, no entiendas!
Pasan y pasan las cosas
y al caminar sin cabeza,
el cuerpo sufre pereza,
y las cosas son dudosas.
¿Quién camina sin cabeza?
lo cierto que nadie puede,
pero el silencio concede
calificada torpeza.
La cabeza que no piensa
el silencio le acompaña,
tapando alguna maraña
esperando recompensa.
Eso mismo está pasando
en este tiempo presente,
la cabeza no va al frente
y sigue su voz callando.
Si avanzar estás pensando
como cuerpo con firmeza,
cambia luego tu cabeza
para seguir avanzando.