La intocada nueva luz e intocable,
coronando la salvífica escena
del Cordero que en la última cena
instaurara misterio admirable:
Sangre y Cuerpo en altísima prueba
de amorosa pasión perdurable.
Tu tribulación ha terminado
me señala el rostro admirable
lo confirma la sonrisa amable
y dulcísima del Resucitado.
Bolívar Delgado Arce