Todo se olvidó de un momento a otro,
y se borró el paisaje y se opacó el sol,
volaron los pájaros, se secaron ríos,
árboles y llanos,
y aquel gran amor sin nadie esperarlo
también se borró.
Se escondió la luna junto a las estrellas,
y ya no brilla el sol como en primavera,
ni corren los ríos hacia las praderas,
como aquellos días cuando en el invierno
se rebosan los campos y desbordan los ríos,
y pasa la brisa y nos abraza el frío,
y por la ventana llegaban caricias,
tocando tu cuerpo como suave brisa.
Pasaron los días, y el sol alumbró,
crecieron los ríos y el árbol frondoso
de nuevo arropó con sus bellas hojas
a aquella pareja que se enamoró,
en la primavera cuando aquella tarde
junto a un jilguero su amor le cantó,
y sin esperarlo el amor volvió
y un mismo sendero siguieron los dos.