Los prados verdes...
se deshacen insonnes,
entre corazones desmayados
apenas zozobrados...
en la máquina del tiempo.
La nada...
se desgasta estéril,
y entre pálidos susurros...
como la noria inacabada
de la vida.
Apenas el absurdo del vacío
se nos muestra...
como noche destronada,
Entre la insobornable
naúsea inconcebible...
del poder desasistido,
en lo incoherente
de su absurdo.