Indagamos diferentes posiciones
pero siempre terminamos bailando:
¡cómo bailamos mojados, fortuitos!
Ay, así nos pegamos sin exageraciones.
Adictos a enlazar hasta nuestras ánimas
en esta cama llena de almohadas y cobijas naturales...
Nos dejamos ir y venir ahogando
nuestras voces y sus alegrías...
Y mi amada se abandona para mí,
como sigo pegado a sus vibraciones,
ella se vuelve a venir y asumir su...
¡Ah, mi Canción sinfín de humores!