En los cuernos de la luna,
se pueden leer las horas…
el color de las auroras,
la pasión y la fortuna.
en la vi\'a no hay ninguna,
escuela tan eficiente,
que sea a\'í de repente,
saedora e los cultivos,
de las flores, los olivos,
las menguantes, las crecientes.
El hombre e campo tiene,
por patrimonio heredao,
desde tiempos muy nombraos,
el saer como se viene,
la luna, lo que contiene,
p’a faenas del rancho…
p’a la muerte del chancho,
y la cosecha de mieles,
p’a cortar en laureles:
la gran orqueta de gancho.
El hombre e campo sa’e,
cuando nace el ganao,
cuando cosechar granaos
y cuando la lluvia cae.
Sólo así se distrae,
en trabajos verdaderos,
tiene listos los aperos,
p’a cosechar la siembra,
si nace macho o hembra
y Cuando curtir los cueros.
La vez que hay luna nueva,
eliminar las malezas.
Barbechar, hacer limpiezas
Y tener listas las Heras.
La vez que hay luna nueva…
Sacar las hojas marchitas.
Fertilizar margaritas,
abonar, arar el suelo.
Tamién podar los cirgüelos,
por estas tierras benditas.
Cuando es cuarto creciente,
si hay que sembrar las sandias.
Podar toitita cuantía…
Esparramar los nutrientes,
crecen más rápidamente,
esas plantitas en su flor,
mermarles agua en favor,
pal desarrollo ligero.
Las raíces con esmero,
reparten, savia en verdor.
Y si es cuarto menguante,
podís quitar las marchitas,
o regar las siembras toítas,
realizar los trasplantes.
Verduras por todas partes
y verís con más esplendor,
a muchas frutas en fulgor.
Siembra papas y tomates,
cebollas y calafates.
Solo hay que darles amor.
Cuando la luna es llena,
se viene la recolección .
Tamien es güena ocación,
pa fumigar la avena.
Sacar las plagas terrenas.
O las plantas de interior,
para contemplar el favor,
Del buen Dios en los sembraos,
Mirar los campos labraos,
agradecer al creador.