EL ÁNGEL DE LA MUERTE
Amado mío,
recíbenos en tu regazo
si tenemos que partir adoloridos.
El reloj va marcando las horas
en su trágico tic - tac.
Su monótono sonido
me recuerda
los pasos asesinos
del ángel de la muerte...
Es una sombra inquieta
que apaga los latidos...
Ya está a la puerta.
Envolverá a tus hijos
en sábanas negras,
a tus elegidos
que con caricias formaste.
Aturdidos
cual pájaros sangrantes
volarán hacia tus brazos.
Amado mío,
si habrás de llamarnos
en este tiempo sombrío,
no olvides guardarnos
un lugar
en tu universo bendito.
Ingrid Zetterberg
Dedicado a mi amado Señor Jesucristo
De mi poemario
\"Joyas de mi alma\"
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