Mi bosque oscuro clama tu luz,
eterna e inconmensurable,
tu resplandor que da vida a huesos secos.
En medio de esta fría y agobiante noche,
se escucha el susurro que clama tu nombre,
desesperante angustia de tu ausencia,
desgarrador dolor de tu olvido,
gemido de mi espíritu que anhela tu presencia.