Calles de Damasco,
desoladas, sin vida, devastadas.
¿Dónde viven tus gentes buenas?
Tal vez a la sombra de un árbol
o en una tienda rota de campaña.
El destrozo de la guerra
derribó miles de casas
otras quedaron en ruinas, deshabitadas.
Corrieron arroyos de sangre en el asfalto
brotaron ríos incontenibles de lágrimas.
¿Dónde lavan sus manos ahora?
Si no tienen ni agua,
si les falta lo principal
en estos tiempos
y en aquellos de cruel guerra.
Damasco blindada antes y ahora
ahogaron tu escasa libertad
callaron las risas de tus niños inocentes.
Ahora además te ves infectada
por esta pandemia que se extiende y no para.
Siria te visualizo destrozada, vacía y solitaria
imagino tus mezquitas con sus puertas cerradas
sólo acogiendo el tenso silencio
del confinamiento impuesto,
esas calles bulliciosas
estarán sin gentes sin nada,
el terror en los ojos de los niños
y sus madres desamparadas
y no puedo evitar que salga
una lágrima.
13-4-2020