Son tus ojos de luz la bella fuente
que destila de amor su gran ternura;
tu sonrisa bordada de dulzura
es reflejo de un alma transparente.
Cual arcángel circunda por tu frente
esos nimbos de paz, con aura pura,
donde fluye tu mágica hermosura
tan sublime, tan dulce, tan fulgente.
¡No permitas que nadie desbarate
tu alegría y tu cálida mirada;
tu mereces que el mundo a ti te trate
como perla que brilla bien labrada;
y jamás que la vida te arrebate
el derecho a soñar y ser amada!
Autor: Aníbal Rodríguez.