Yo, que sin nada nací,
tengo un lugar para ti,
mujer de aromas de mar
de oliva y de azahar,
donde la tempestad desvanece.
Donde el otoño florece con rosas de abril
y deshojan en pétalos de color colibrí.
Donde la tristeza y la soledad,
lucen traje amarillo... y gritan de felicidad.
Donde sólo se admiten lágrimas de emoción... por las caricias y la pasión.
Donde las hojas del sauce llorón, cantan
como ruiseñor en libertad.
Donde los deseos se cumplen al cerrar los ojos,
ávidos de sueños e ilusiones.
Donde siempre están luciendo
estrellas de San Lorenzo...fugaces
y chispeantes.
Si, allí te llevaría...sin dudarlo mujer...
Donde el color de la piel, grana para todos es...
Y los corazones vibran por doquier!!
Tengo un precioso lugar para ti,
mujer de perfumes alimonados.
Donde los arroyos brotan de aromas afrutados.
Donde el Cielo es reflejado de blancos nacarados...
Con las noches de primavera de lunas rosas y azules.
Tengo un vergel para ti mujer,
flor de mi sentir.
Donde las aguas corren cristalinas
allá, donde los puentes construyen
ilusiones...allá dode el aire fluye
con aromas tropicales y la gente
amables a raudales.
-Dúrcal Paraíso Soñado-.
A ti madre tierra te imploro de corazón
creo estar a tiempo y es por una razón,
ya tomé conciencia, éste maldito virus
atormenta mi corazón, me llena de dolor,
me aparta del amor, del sosiego, de la razón...
ver tanto sufrimiento. Dios ayúdanos.
Protegenos, cuida de nuestros mayores,
son los más débiles. Dale fuerzas a todos
nuestros cuidadores.
Madre tierra, indulta mi error.
HAY un lugar en ti, donde yo encontré...
la felicidad y el amor.