Zeroo

¡Eres Libre! (Rompiendo Las Cadenas)

 

 

 

En un poblado había un joven que pastoreaba ovejas, sentado y cabizbajo miraba al suelo, veía a sus ovejas de vez en cuando tan solo para apreciar como devoraban el pasto que abundaba en esa zona, “que fácil sería ser una de ellas, ser como ellas, ser tan libre, ser alimentado”, muchas veces se decía, y se tornaba pensativo.


Su jornada era monótona, se levantaba muy temprano por las mañanas, desayunaba, y después acarreaba a sus ovejas a un monte que estaba algo lejos de su casa, se sentaba bajo un árbol para recibir su sombra, y ahí se quedaba, solo de vez en cuando revisando que nada alterara el orden de su rebaño. Después al atardecer, volvía a su casa y no hacía más que comer, y si acaso, hacer algunos quehaceres de su vivienda.


Le parecía frustrante no poder hacer nada más, solo de vez en cuando tenía que hacer negocios con los mercaderes, ya sea para vender o comprar ovejas, y de esta forma tener como solventar sus gastos.

Cierto día  bajo la sombra de ese árbol protector, escucho pasos y despertó algo asustado, ¿quién anda ahí? – Preguntó - era un hombre ya viejo  que vestía ropa desgastada, caminaba con la ayuda de un bastón, hecho de la rama de algún árbol, el anciano camino poco a poco hasta su encuentro. . .


      ¿Qué fácil sería ser una de ellas, ser como ellas, ser tan libre, ser alimentado no crees?


En ese momento el pastor se quedó algo desconcertado, es como si el anciano lo hubiese escuchado aquel día, como si supiera leer sus pensamientos, entonces respondió. . .


-    Creo que sería mucho más fácil vivir de esa manera, sin preocupaciones, sin necesidad de alterarnos por el tiempo, por el dinero, por tantas cosas absurdas que se ha creado el humano como es el miedo a la muerte.

-    Evidentemente crees que una oveja no tiene preocupaciones, pero piensas eso solo por que tienes mente?


El pastor se quedo más desconcertado aún, no sabía como responder a esa pregunta, sin en cambio algo sí sabía las ovejas eran más libres, así que repuso. . .


-     no es solo por que tengo mente, si no porque es algo notorio, algo que puedo observar día a día, algo con lo que vivo desde hace ya mucho tiempo, ellas son libres.

-     Entonces creo que no has observado nada, creo que no has aprendido nada, creo que no te ha servido de nada pastorear a tus ovejas.

-     Si dices que no he aprendido nada, entonces dime en que estoy equivocado, ¿Es que tú crees que una oveja no es libre? ¿Crees que no tienen preocupaciones?

-    Una oveja es guiada, una oveja es alimentada, una oveja es prisionera de su vida, de sus instintos, de su dueño.

-     Sí pero, no necesita nada más lo tiene todo.

-     Podría ser, pero, siempre estará atenida a lo que su dueño le de, no es lo que ella busca, más bien es lo que su dueño le busca, además  ¿entonces en donde queda el ser libre?


El pastor se quedo callado no supo que más responder, reconoció interiormente que no había nunca pensado de esa forma, y se sintió aún más desconcertado pues el pensaba que siendo una oveja seria más fácil, el anciano notó su grado de confusión, entonces prosiguió.


-    Nosotros los humanos somos libres, sin embargo, nunca lo vemos, y como nunca pensamos en nuestra libertad, sin querer, nos aprisionamos nosotros mismos, en los problemas, en el trabajo, en cuestiones financieras, en la hambruna, en la ropa, en la tecnología, absolutamente en todo, construimos nuestras propias rejas, nuestros propios limites, nuestras barreras, por eso nunca podemos derribarlas, por eso nunca salimos de nuestros problemas, por que pensamos que son los demás los que nos tienen acorralados, y que son ellos los que tienen las llaves de nuestra libertad, sin saber que están en nuestro bolsillo, y que de nosotros depende sacar esas llaves y abrir esa reja, de derrumbar esa barda que no nos dejar ser libres, que no nos deja ser felices.


Siempre nos preocupamos más por lo que dirán los demás, que por nuestro propia gusto, vivimos acorralados, aprisionados, por nuestra propia ignorancia, sabes, las ovejas en ese aspecto son más inteligentes que nosotros porque a ellas no les importa lo que pensemos de ellas simplemente actúan conforme a su instinto y nada más, aunque también es una lastima sean prisioneras de su instinto.


Deja ya de pensar en como sería más fácil vivir, deja ya esos absurdos pensamientos, gana lejos de perder esas horas pensando en como sería más fácil, mejor ocupa esas horas para pensar, reflexionar en cosas que realmente te hagan crecer, o mejor aun empieza por hacer cosas para ver resultados en tu vida, ¿Quieres ver cambios en los demás? ¡Haz cosas diferentes y veras cosas diferentes! y no tengas miedos absurdos que la misma gente nos contagia, como la muerte, que mencionabas, es absurdo gastarse la vida pensando en que hemos de morir, es tonto malgastar si quiera un solo pensamiento en ello, ya que la muerte, es algo que no esta aquí en este momento, es algo que no existe, por que estas vivo, respiras, comes, sales, me escuchas, cuando llegue ese día en que la muerte se aparezca, entonces ese día tu ya no tendrás tiempo si quiera para pensar en que has de morir puesto que ya no estarás.


Deja de ser un simple hombre de este planeta, un títere de la sociedad,  una masa de calcio, carne y articulaciones, un simple pastor. Conviértete en un ser que vive y no solo un ser que cree que piensa y esta viviendo de la peor manera.


Todos, absolutamente todos los problemas siempre suceden por ser consecuencia a algo que hicimos o que no hicimos, por consecuencia entonces ocurren cuando deben de ocurrir, y entonces aparecen en el momento que también se pueden resolver, ya que nada te es dado si no puedes con ello.


Lejos de buscar siempre una excusa, un culpable, busca una solución y veraz que más rápido saldrás de tu aflicción, sabrás entender que pasa con tu vida, entenderás lo que te rodea, y entonces solo hasta entonces, habrás crecido, habrás entendido, a que has venido a este mundo.


El pastor se quedo asombrado ante estas palabras, iba a levantarse para tomarlo de la mano, cuando de pronto sintió una fuerte brisa que lo despertó de su sueño, vio el ocaso del día, y descubrió que se había quedado dormido.