Debo dejar atrás las añoranzas
a pesar de lo mucho que te quiero
y aunque cruel me resulta ser sincero
... si te pienso se cae mi templanza.
Me lastima tan sólo el recordarte
ahora que no estás en este plano
y me siento el peor de los villanos
si intento muchas veces olvidarte.
No me da la salud para añorarte
pues mi alma no resiste la emoción
y ya no debo más imaginarte;
mas es cierto que tengo mi razón
para poner en pausa el evocarte
y así aliviar de pena el corazón.
Jorge Horacio Richino
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