Por la gravedad del asunto
rompa el protocolo
ya que los poemas de su pretendiente
resultan emocionalmente oportunos,
no intente represar los ríos del corazón
revelados en letras de sangre;
explore cuidadosamente
ese territorio cantor
pero recuerde que las imágenes
son increíblemente susceptibles
aún ante la luz primigenia y cotidiana;
cuando él venenosamente la mire
y usted lógicamente se sienta turbada
no huya, permítale que la fascine,
y valientemente devuélvale la mirada
como quien observa lo siempre amado;
no exceda las mieles de su encanto
que es inhumano desintoxicar la tentación,
no les ponga malicia
a las líricas e ilícitas caricias
radicalmente déjese llevar
descargue en la puerta sus reparos
y refriegue los cielos suyos
en los infiernos de él;
con suspiros de luna
y con aullidos de lobos
prepárele un sahumerio
recuéstelo apaciblemente sobre su regazo
y repítale que la razón no importa
y, que por lo tanto,
acceda amarla con locura;
no se preocupe por sus extravíos
que la sombra suya siempre lo acompaña
y ante usted acude
cuando escasea la inspiración
junto a usted reposa del asedio del caos
y los fieros desiertos de la soledad;
recurra a su intuición femenina
y encuéntrelo "casualmente"
cultívele las ansias inconscientes
justo cuando las gaviotas
se roban el horizonte
y el oropel de la playa se ruboriza;
asesórese que su incitación sea indisoluble
y que el amor se refracta en esa intimidad,
y ya que solo la dicha es la verdadera fortuna
invierta tranquila
que usted es la respuesta que él esperaba;
confié en las músicas del instinto
descubra que soñar es útil y saludable
sumérjase por favor en el soñar…
para que pueda quererme
¡de una buena vez!