La lluvia gris
y el cielo tan plomizo
vienen a mí.
Vuelve el invierno
y vuelven los recuerdos
de aquella infancia.
Días muy tristes
de vientos y galernas
mirando al mar.
¿Y qué le digo,
si busco a la figura
tan familiar?
Mi padre vuelve,
regresa del silencio,
todo mojado.
La bajamar,
el barro y las marismas
y alguna almeja.
Rostro curtido,
con lágrimas que surgen
de vez en cuando.
Veo su boina,
su ropa para el agua
y hasta el caldero.
En él venían
las horas y el trabajo
con el sudor.
Éste es mi padre,
no puedo remediarlo,
aún te recuerdo.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/20