En la oscuridad pronuncio tu nombre,
mas no obtengo respuesta alguna,
el intento por soportar tu ausencia es pobre
pues me la paso buscando en mi mente tu figura;
Gastar mi aliento al llamarte en la distancia,
manipular el destino para causar tu regreso,
querer traerte a mi presencia por arte de magia,
son deseos que punzan causando en mi alma
tan solo dolor constante e intenso;
Los días se tornan nublados y grises,
la vida parece hundirse en melancolía,
las puestas de sol han perdido sus matices,
la noche callada es triste y muy fría;
¿Donde ha quedado la esperanza ahora que soy menesteroso?,
el tiempo displicente que no avanza
vuelve mi sendero más largo y sinuoso,
la paciencia del mundo no me basta
y cada minuto que pasa es tortuoso;
Desesperado grito pero mis lamentos no te alcanzan,
por mi boca se derraman las palabras ya sin fuerzas,
hasta llegar a un papel se arrastran
y en él,
con roja tinta que de mi corazón emana quedan impresas;
Las letras te llaman y tu no las oyes,
cerrando los ojos y abriendo las alas te marchas
y en el horizonte, de mi te escondes,
te marchas y contigo te llevas mi corazón marchito,
te marchas y la vida me dejas,
mas sin tu presencia no la necesito,
te marchas, me dejas vacio y con el alma hecha pedazos,
te marchas dejando en mi pecho el deseo latente de estar en tus brazos;
Infaustas palabras, les pido que callen,
impidan que sus letras se escurran entre mis dedos yermos,
ahoguen en mi pecho sus agoreros gritos eternos
y al olvido entren en silencio; Ya no la llamen.