Yoali Ehecatl

Ausencia.

En la oscuridad pronuncio tu nombre,

mas no obtengo respuesta alguna,

el intento por soportar tu ausencia es pobre

pues me la paso buscando en mi mente tu figura;

Gastar mi aliento al llamarte en la distancia,

manipular el destino para causar tu regreso,

querer traerte a mi presencia por arte de magia,

son deseos que punzan causando en mi alma

tan solo dolor constante e  intenso;

Los días se tornan nublados y grises,

la vida parece hundirse en  melancolía,

las puestas de sol han perdido sus matices,

la noche callada es  triste y muy fría;

¿Donde ha quedado la esperanza ahora que soy menesteroso?,

el tiempo displicente que no avanza

vuelve mi sendero más largo y sinuoso,

la paciencia del mundo no me basta  

y cada minuto que pasa es tortuoso;

Desesperado grito pero mis lamentos no te alcanzan,

por mi boca se derraman las palabras ya sin fuerzas,

hasta llegar a un papel se arrastran  

y en él,

con roja tinta que de mi corazón emana quedan impresas;

Las letras te llaman y tu no las oyes,

cerrando los ojos y abriendo las alas te marchas

y en el horizonte, de mi te escondes,

te marchas y contigo te llevas mi corazón marchito,

te marchas y la vida me dejas,

mas sin tu presencia no la necesito,

te marchas, me dejas vacio y con el alma hecha pedazos,

te marchas dejando en mi pecho el deseo latente de estar en tus brazos;

Infaustas palabras, les pido que callen,

impidan que sus letras se escurran entre mis dedos yermos,

ahoguen en mi pecho sus agoreros gritos eternos

y al olvido entren en silencio; Ya no la llamen.