Abuelon
Abuelón,
magno y elocuente,
épico y consecuente.
En su caballo a medio trote, ajustaba los estribos,
galopaba los caminos,
avizorando futuro.
Hombre recto y soñador,
labriego de profesión,
el que nos enseñó,
los secretos de su don.
Fue un gran señor, recio, atento y bregador,
exigente padre y esposo,
familiar y emprendedor.
Antes de almorzar,
tomaba un fino escocés,
con que agarraba brío y fuerza,
listo para comer.
Capataz de La Cabaña,
juez de su lar.
Al final de la faena
disfrutaba sus novelas.
Compadre de Caldera
y ferviente social cristiano,
unió sus labores de campo,
con la política, su canto.
Por eso en el estado Sucre fundó al partido COPEI,
y supo llevar la lucha,
hasta ganar la ley.
Abuelo Andrés Antonio,
Barrios Certad,
recuerdo tu abolengo,
tus palabras y cuentos, cuando leías contento,
obras de Quevedo,
Marcial de La Fuente,
cartas, telegramas
y tu diario El Universal.
Se que estás en el cielo,
en tu chinchorro milenario,
donde te meces con Dios,
lees y te echas un trago.
Bendición, Abuelon,
te evoco con amor,
soy parte de lo que fuiste
te lo agradezco de corazón.