NI TUYA NI MÍA.
En esta habitación.
… Ni tuya ni mía,
palpitante el corazón,
ocultándonos de la vida.
No somos dueños de nada:
Ni del lecho que nos consiente,
ni de la acariciante almohada;
Tampoco de la sábana diligente,
sobre tus formas y tu piel ardiente.
Más en esta cita tan ansiada,
entre la alcoba que nos esconde,
solo son propios nuestros nombres
y el clímax de la entrega inmaculada.
Más nuestro amor no es de hostal,
ni simple liviandad sin razón,
tampoco es apetencia sexual.
Sólo es: Amor puro, verdadero y real,
engendrado casto en alma y corazón.
No se juzgue pues condición o lugar,
para amarse no hay tiempo o locación,
bastan dos almas dispuestas para amar
y el ficticio pecado será redención.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Marzo 30 del 2020.