Coqueto y descarado,
el colibrí aprovecha
toda oportunidad
de cortejar sin prisa
a cuanta flor encuentra.
Las ronda, atrevido,
les da besos de miel,
les roba mil suspiros
cumpliendo sus anhelos
y robando sus sueños.
Después de seducirlas,
el ave diminuta
su juego continúa...
otras flores encuentra,
e inica la conquista.
Anna Gutiérrez.