Las manos a la cabeza,
los brazos
ocultando la mirada;
son tan débiles esos brazos
al miedo no detienen.
Las manos a la cabeza
otra daga cae sobre su pecho
el cable no atraviesa la carne, pero
las llamaradas sí
las llamaradas de sus ojos
el fuego de que sale de esa boca
el fuego que acartona el otro rostro.
Las manos a la cabeza
el tiempo se detiene
el tiempo no se mueve
más rápido caen las dagas
y ese fuego sobre la piel.
Las manos sobre la cabeza
al miedo no detienen
sacude ya a su cuerpo
sacude ya su alma
acalambran esas zonas
quemadas por el fuego.
Y dirá la gente y dirán los medios,
\"no, no es maltraro\"
\"es para que entienda\"
\"es que así se educaba antes\"
\"es que si no se vuelven rebeldes\"
\"es que si no escupen fuego\"
\"es que si no no tienen carácter\"
\"es que es tan necesario.\"
Las manos sobre la cabeza
el tiempo no transcurre
hematomas en los brazos,
grietas en el pecho,
la sangre envenenada
el miedo infiltrado
y esas manos, esos brazos,
que no pudieron detener el fuego,
ni la soledad, ni el miedo
caen sin fuerzas, aferradas
las manos a la cabeza.