Pedro Antonio Borges Rodríguez

Desencuentros y luz

Queda presente al noroeste de mi comportamiento

Qué los vientos me duelen cuando vienen con lamentos

Hoy por hoy, vivo en confinamiento. Y me lo paso bien escribiendo. No miento. 

Hoy por hoy, las luces también se apagan. De una amistad ganada pasó al tullir de su incremento.

Más yo lo siento y lo siento por dentro. En los albores de mis sentimientos. Qué por practicar deshonores y desencuentros , el jovial y risueño puerto se perdió como en un mal cuento.

Una poesía fluída me visitó al medio día. Era un placer escucharla tal y cómo venía. En lo más profundo de mi ser me complacía, y entiendo, que con el fuego arrasante del sol de invierno, permití su entrada para el consuelo de mi averno. 

Y me llenó de amor, cómo el maestro diría, desde la jaula de sus fechorías, que no estoy enfermo, sino que soy guiado por un Dios entero, que no lo conozco ni lo comprendo, pero que alienta mi fuero interno y me cría y me guía hacia lo eterno.