Viñas tristes junto al mar
ya lucen verde creciente,
nadie a verlas va.
Triste viña, triste mar,
entre cepa y cepa, soledad.
Viñas tristes en silencio:
tan solo quien la custodia
y el son del gorrión.
Un aire gris de misterio
invade nuestro paisaje,
y entre ola y ola, soledad.
Las doce del mediodía,
un toque rompe el silencio:
son las campanas del pueblo
acompañando al recuerdo.
Tristes viñas, triste hogar,
tristes olas sin remar;
olas que agitan sus brazos
y viñas queriendo abrazar.
12 abril 2020
Pau Fleta