Guardián De Ángeles

Me enciendes

En su intriga las aves cantan sin cesar,
las flores refulgen tanto si brotan
y con los rayos de estelas convergen,
ahora que la luz de luna se renovará
por la resurrección del alma
que febrilmente se alimenta de la aurora
sonriendo y nutriéndose de la calidez de abrazos,
esos con fragancias, porque los miedos se esfumaron.


Permanecer imperecederamente prefiero
en lo sagrado de tu entresijo de mujer
y a tu grito que se exaspera afano proveerle
el aliento que exige el céfiro favorablemente;
mis pasos detengo en mi retirada,
ávido por seguir degustando la densidad
del ardor que mora en cada inmensidad de un alcor
que yergue desde tu llanura con pasión;
el bullicio de tu dermis aclama peripecias,
y en el idioma de nuestras integridades
traduzco que anhelas permanencias
y el entrelazamiento de las almas tanto valoras;
por eso dormirás en el fuego de mi visión
y mi varonil presencia injertaré en tu ser,
bravío en lo libidinoso de tu refugio de mujer,
porque con menester estoy de tu calor
y sin la desnudez de tu alma voy a morir.


En tu sangre se concentró el fuego,
y aflora la ambrosía de tu cuerpo
seduciendo a mis sentidos en el solaz,
cargándose de fogosidad hora tras hora,
se avizora en la comisura de tu boca
el retozo de tu lengua y me enciendes
con los reconcomios ardientemente de gimoteos,
yo soy inmortal en tu memoria habitándola
férvidamente mientras construimos una historia
de sicalipsis cada vez que en tu áncora  me anido
tórridamente y desfalleces cuando te incito al arrobamiento.


Cascada de besos sobre mi cuerpo desciende
y me bañan tus caricias estremeciendo mi dermis,
tú eres la fuente de la exaltación que me atrae,
la magia de tu pasión tengo por dosel
en mi habitación, sobrecargadamente me arrebato;
el arte que tus manos crean junto a tus dedos
consta de corazones que se cargan de eternidad;
tú justificas todos mis dogmas imposiblemente
y me otorgas la locura que tanto aprecio,
porque con locura te busco, te exalto,
y te amo con el ímpetu en que a la gloria arrecio,
soportando el tiempo rumbo al infinito
donde será con mas excelsitud el decoro
de la entrega que mutuamente forja nuestro amor bonito.