Que bella es la muerte,
que apacible y serena,
gris velo de tristeza,
acaricia, impone y ordena.
Es otro camino en la senda,
el fin de una vieja novela
otro sendero de clemencia,
vestida con fina seda.
La muerte abre otra puerta,
nos recibe con indulgencia
ofrece el dulce aroma,
del amor y la espera,
caricia y prudencia,
abriendo con dulzura
una vida nueva.
Ana Barroso