Alguien decía: Poder
decir adiós es crecer.
No queda mucho por decir esta
vez. No pienses en nada, cariño
Solo contempla la cálida tarde.
Me gustaría saber calmar la
tormenta de frágiles emociones
y decirte que todo está bien,
pero soy un pequeño hombre
atrapado en un bote en medio
de la tempestad
¿Por qué tiene que ser de esta
manera? A veces no hay
respuesta y decir no lo sé
está bien.
Toma mi mano, toma mi último
deseo y bailemos lentamente
sobre las ruinas de nuestro
palacio destruido; olvidando
que existió el ayer, que existe
el presente. Solo existimos
tu y yo.
Los mares por un instante se
calman, las tímidas sonrisas
desprenden amor. Deja que
el reloj dibuje nuestra última
despedida y me llene de ti
porque no tengo certezas.
Toma mi mano, querida y sigamos
soñando con llegar a la plenitud
sin tener que despertar, sin tener
que remar.
Mujer de bellos ojos claros
enamórate de ti, solo déjalo
ir. Con un puñado de tímidas
esperanzas, creo que jamás
aprenderé a dejar de
tomar el amor en serio