De mi canción matinal
Y con la musa celestial
Que posee mi poesía
Te alabo amado Jesucristo
Por ser mi escudo y mí guía
Ahora, mañana y siempre
¡Gracias por ser el agua cristalina¡
Que vivifica mi ser
Calmando la sed
Que siente mi alma
De estar en tu presencia
Nutriéndome de la esencia
Que me permite estar de pie
Durante la adversidad
Porque tu gracia y tu bondad
Es el potente eslabón
¡Que me une con lo divino¡
El mundo ha sido testigo
De tu amor inmutable
El sentimiento incomparable
Por su contenido especial
Por amor dejaste tu trono
Y como cordero inmolado
Fuiste vilmente crucificado
Para pagar por el pecado
De toda la humanidad
Con total humildad
Te apegaste a los designios
Que te encomendó el altísimo
Para cumplir su voluntad
Y de manera magistral
Nos indicaste el sendero
Que nos dará como galardón
La vida eterna y salvación
¡Por esta y mil razones¡
En todas mis oraciones
Te alabare por siempre
¡Amado Jesucristo¡
Por tu amor incondicional
Por ser la roca fundamental
Donde edifique mi hogar
Mi escondedero y mi refugio
Eres y serás mi eterno salvador
Gracias por la hermosa labor
De constituirme en la simiente
Que plantases en tu jardín
La hermosa y tierna flor
Que con su matiz radiante
Y su perfume inolvidable
Aromatiza y bendice
¡El altar del maestro¡
ENEIDA JOSEFINA BRAVO REALZA
POETISA DE JESUCRISTO
EL BAÚL-VENEZUELA
16/04/2.020
05:15 a.m