La verde sonrisa de tu mirada
palpita en las doradas alas de mis sueños
como las plateadas hojas de los álamos
mecidas en los suaves arrullos del céfiro.
En los rosáceos amaneceres del alba
se viste de topacios azules el cielo,
entre la verde fronda de álamos y alisos
desgrana su cantar el jilguero.
Silente en las húmedas sombras de la alameda
se desliza el vaho mañanero,
entre sus azuladas guedejas veo pasar
una triste mirada de verde terciopelo.
El cárdeno silencio de la blanca mañana
rompe el grito de un pito real desde un cerezo,
mientras mi pena de allí se aleja
para sumergirse en las sombras del silencio.
En las alas del viento