Una sonrisa simple que se transforma en esperanza
Un viento calmo, silente, que se desliza por mi usual melancolía,
Una palabra constante, fecunda entre mis horas estériles
Una voz entre guitarras, como sonidos del alma
Así me sumerjo en tu imagen, hasta alcanzar tu ternura
Como una especie pelágica en el manantial de tu vientre
Floto, hábito, suspiro, sobrevivo a mi derruida alma
Con la elusiva evocación de tus labios húmedos
En la simplicidad de mi pensamiento
Busco el aire nuevo, que dé alegría a mi andar
Sin importar el camino, cada paso me lleva a tu figura
Todos mis huesos son ajenos, a la suavidad de tu piel excoriando la mía
Me ato indubitablemente a tu recuerdo
Como para retener la vida entre blancos y negros temerarios
Entre oscuridad y brillo, entre calor y frío
Entre el temor y la soledad y esta sensación de muerte al saber que no estas