Estoy despertando en la noche más
oscura.
Mis manos duermen en la inutilidad,
mi pereza se arrulla al alba,
la mañana no sé si volverá.
Hay sueños en lo eterno esperando,
los pies reposan sin hablar,
el canto de los niños se ha apagado
y un llanto es lo que queremos olvidar.
El niño en mano finge una alegría,
un padre a cuestas esconde su pesar.
Hoy los días son anclados en los sueños,
estacionados en un mar de angustias
de pavor y ansiedad.
El sol se extiende a sus anchas,
la luna refleja esa ansiedad.
Nos hemos quedado muy perplejos,
una revolución silenciosa ha despertado ya.
El unir al mundo cabo a cabo,
ahora ya es parte de la historia y más allá.
Estoy despertando de un letargo,
la codicia de mi mano es mortandad.
Para muchos el cielo se ha limpiado,
para otros el caos acaba de empezar.
Estoy despertando en la noche más
oscura,
donde el ángel de la muerte pasará.
Yo dentro de mi puerta guardaré silencio,
dejando que los robles, transiten
hacia el mas allá.
¡Guardemos silencio todos juntos!
Que la noche oscura está por terminar.