El sol salio tarde
con toda su fuerza.
Reverberar de luz
en las guaduas,
mi sala fue un mar verde.
Nadie se ahogo,
nadie fue su mirada
palpando la espuma creciente
sobre la transparencia
del cristal sucio.
Solo yo nade
en las algas de madera,
peces de concreto
desnudaron sus escamas.
El sol se fue temprano,
y volví a besar la tierra.