Lourdes Aguilar

CASA EMBRUJADA

Adentro se escuchan pasos y roces

tenues pasos y el arrastrarse de muebles

palabras monótonas rebotan entre paredes

De día la calle y el mundo apagan sus voces

hay rosarios a diario pero no proporcionan consuelo

sus mentes divagan sin un pensamiento fijo

unas veces se enojan y otras veces se quejan

pero nunca, nunca cantan ni ríen alegres

Afuera una paloma ha construido su nido



Al llover todo se cierra impidiendo la entrada

Del viento, el agua y el frescor de la tierra

el televisor encienden para sobreponerse

al parloteo de gotas sobre el techo de teja

Como si el agua amenazara desvanecer su rutina 

nadie saldrá hasta que los charcos se sequen

El gato se guarece en su rincón

y está vivo

Las ramas lavan sus rojas ciruelas

y están vivas

Las ánimas mirando llover parece que lloran

Afuera la paloma soporta afligida



De noche el ambiente es bochornoso

Los pulmones semejan averiados fuelles

como polvorones se agrietan y parten

El corazón bombea hiel constante

cuya sangre fluye en su cauce agotado 

enturbiando y atrofiando las venas

sin una pizca, ni una de contento o gozo

afuera hace sol, pero adentro está helado

Se escurre el cerebro por abiertas aristas

el ánimo roto, se desprende a pedazos

Afuera la paloma estremecida observa



En sus sarcófagos las ánimas sueñan

Uno sueña que canta

Otro sueña que baila

Alguno sueña que viaja

Ninguno sueña que existe

Afuera la paloma ha abandonado su nido